El mercado de Santa Catalina se integra con perfección en su vecindario: ámbito moderno y cosmopolita, con clientes del servicio de todas y cada una de las nacionalidades. Guarda, eso sí, puestos y espacios que sostienen su personalidad local y también isleña. Su cercanía con la Lonja hace muy aconsejable evaluar el pescado, más allá de que sus carnicerías ‘premium’ cautivan al momento.
Los sábados es un rincón muy concurrido para tomar algo o probar vinos y quesos. Sin prisas, eso sí, que en Palma únicamente debes dejarte llevar…
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