El Mercat de Pere Garau es un mercado local en mayúsculas, tanto por su clientela como por sus artículos, siendo además de esto el único en el que aún se reúnen los payeses para vender sus modelos frescos.
Este mercado asimismo es el único donde aún se venden animales vivos. Y todo en un vecindario con acento palmesano y al unísono pluricultural, donde conviven (y se complementan) colmados de artículos sudamericanos con sitios de comidas chinos y bares y tascas locales habituales. Una mezcla que contribuye una vericidad y singularidad únicas a este vecindario.
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